Fue una cena casi mágica. Para un amante de las historias de los inmigrantes, la posibilidad de compartir una larga noche con dos alemanes que participaron de la guerra y se quedaron en nuestra provincia, fue algo muy especial. La cena fue en el edificio que El Nuevo Diario tenía en la calle 9 de Julio. Hacía poco que habíamos debido interrumpir nuestras ediciones diarias y en aquel inmenso edificio semivacío, compartimos un asado con dos de los tripulantes de acorazado de bolsillo Graf Spee fondeado en el Río de la Plata. Cincuenta de los tripulantes de aquella nave que fuera orgullo de Alemania permanecieron internados durante cinco años en San Juan y al término de la guerra, ocho se radicaron definitivamente en la provincia. Dos de aquellos marinos, Federico Bachmann y Erico Pedro Trella, fueron nuestros invitados aquella noche.